Jorge Ramírez Caficultura desde Costa Rica
Comunicaciones Técnicas de Café
Número 40 - Octubre 2015
Ramirez Caficultura desde Costa Rica
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Epocas de poda del cafeto y las fases de la luna
Importancia de la poda
La práctica de la poda en sistemas de cultivo permanente como el cafeto, es determinante para mantener el promedio de cosechas que permitan desarrollar la actividad cafetalera a largo plazo de manera rentable. Una serie de ventajas van ligadas a la decisión de realizar las podas en el momento apropiado, respecto al estado de la plantación después de la cosecha y las condiciones ecológicas de la zona de cultivo.
La poda permite renovar de manera parcial o total el tejido viejo, agotado o enfermo del cafeto, en el caso de la poda total se alcanza la formación de nuevos ejes ortotrópicos y nuevas ramas productivas, los cuales con buen manejo pueden alcanzar una productividad similar a la obtenida en los primeros años de cultivo. La práctica de la poda favorece un mejor equilibrio productivo en la plantación, reduciendo el efecto de bienalidad y limitando la condición favorable para el ataque de plagas y enfermedades. Además facilita las labores de atención al cultivo como atomizaciones para control de enfermedades y nutrición foliar, también permite racionalizar el uso de fertilizantes y facilitar la cosecha.
Epocas de poda y fases de la luna
Como parte de la organización de las actividades de manejo de la plantación, la poda ocupa lugar preponderante por su directa relación con la renovación del tejido productivo de los cafetos, el seguimiento que requiere la ejecución de actividades derivadas de esta práctica como deshijas, atomizaciones y atención general de los nuevos ejes que constituyen el potencial de cosecha para los años siguientes.
La programación de la poda en la época seca después de la cosecha y dentro de este periodo, la escogencia del momento para realizar esta práctica en relación con las fases de la luna; fue motivo de un estudio realizado en Costa Rica en una plantación de la variedad Catuaí Rojo de 22 años de edad que anteriormente ya había sido sometida a tres operaciones de poda baja. En una zona de cultivo con características agroecológicas de temperatura media anual de 20,5 °C y precipitación total anual de 2400 mm, con más de tres meses secos y un suelo Andisol. Las podas en el lote fueron realizadas a 25 cm de altura del suelo.
Se efectuaron podas después de concluida la cosecha en los meses del periodo seco; febrero, marzo y abril y en cada uno de estos meses se realizaron cuatro tratamientos de poda en forma separada, haciendo coincidir cada uno de ellos con el periodo de desarrollo de las cuatro fases de la luna; Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante.
En la figura 1 propuesta por Arce y Alvarenga (1996), se representan los movimientos del flujo de savia que ocurren en las plantas, durante las diferentes fases de la luna.
Luna Nueva
El flujo de la savia desciende y se concentra en la raíz.
Cuarto Creciente
El flujo de la savia comienza a ascender y se concentra en tallos y ramas.
Luna Llena
El flujo de la savia asciende y se concentra en la copa o sea en las ramas, hojas, frutas y flores.
Cuarto Menguante
El flujo de la savia comienza a descender y se concentra en tallos y
Figura 1. Efecto de las fases de la luna sobre el flujo de savia en las plantas. Arce, J. y Alvarenga, S. 1996
Durante el periodo del estudio cada 25 días y hasta 150 días después de la poda para cada uno de los tratamientos, se evaluaron los parámetros agronómicos; número, grosor y altura de los rebrotes (hijos). Una segunda etapa del estudio consistió en evaluar los dos primeros años de cosecha después de la poda.
Respuesta en número y desarrollo de brotes
Los datos que se presentan en los cuadros 1 y 2 muestran que las podas realizadas al final del periodo lluvioso en el mes de abril estimularon la emisión de un mayor número de brotes, estos además presentaron más desarrollo en grosor y altura. Se presume que el aumento en la humedad del suelo debido a las lluvias ocurridas en la cuarta semana de este mes luego de un periodo prolongado sin precipitaciones, favoreció una mejor respuesta agronómica de las podas realizadas en abril.
Cuadro 1. Efecto de las épocas de poda sobre el número de brotes hasta 150 días después de la práctica.
DIAS DESPUES DE LA PODA | 25 | 50 | 75 | 100 | 125 | 150 |
---|---|---|---|---|---|---|
Febrero | 1,62 b | 5,72 b | 9,44 b | 12,81 b | 16,09 b | 21,03 b |
Marzo | 0,37 c | 6,97 b | 10,56 b | 12,41 b | 14,81 b | 17,12 b |
Abril | 3,47 a | 16,12 a | 18,84 a | 21,00 a | 25,91 a | 28,12 a |
Cuadro 2. Efecto de las épocas de poda sobre grosor y altura de los ejes hasta 150 días después de la poda.
MES | GROSOR (mm) | ALTURA (cm) |
---|---|---|
Febrero | 6,61 c | 26,40 c |
Marzo | 7,19 b | 29,90 b |
Abril | 7,95 a | 35,64 a |
Por su parte la respuesta a la poda en los parámetros agronómicos evaluados con respecto a las fases de la luna, fue similar para todos los tratamientos en cuanto al número de brotes, mientras que el desarrollo de estos en grosor y altura fue un poco menor en las podas realizadas durante la fase de Cuarto Creciente. La realización de las podas en esta fase de la luna corresponde con el comienzo del movimiento de ascenso de flujo de la savia, lo que de alguna manera puede resultar posteriormente menos favorable para el desarrollo de los brotes.
Respuesta en la producción
En el promedio de las dos primeras cosechas después de la poda sobresalen las podas realizadas en el mes de febrero como las de más producción, esto a pesar de que fueron las podas de abril las de más desarrollo vegetativo.
En la valoración de los procesos fisiológicos de la planta relacionados con el equilibrio entre el desarrollo vegetativo y el desarrollo reproductivo, parece haber una mejor relación de los mismos cuando la poda se realiza inmediatamente después de la cosecha, aunque la respuesta a está práctica cuando se realiza dos meses después sea más rápida en crecimiento vegetativo.
En cuanto a las fases de la luna y la producción, los resultados son similares para tres de estas etapas, excepto para la fase de Cuarto Creciente donde la producción fue menor.
Cuadro 3. Producción de café cereza en *fanegas por hectárea de las dos primeras cosechas después de la poda.
Tratamientos | Año 1 | Año 2 | Promedio | Efecto | Porcentaje | |
---|---|---|---|---|---|---|
Febrero | Febrero Marzo Abril | 34,19 28,84 24,93 | 58,67 53,13 61,60 | 46,43 40,38 43,26 | A B AB | 113 % 100 % 106 % |
Marzo | Luna Nueva Cuarto Creciente Luna Llena Cuarto Menguante | 32,83 22,93 33,63 27,91 | 54,59 50,84 58,57 67,24 | 43,83 36,97 46,22 47,69 | A B A A | 119 % 100 % 125 % 129 % |
*1 fanega aproximadamente igual 1 quintal de café oro
Consideraciones finales
En condiciones agroecológicas favorables y buen manejo del cultivo, una variedad de porte bajo y alta producción como el Catuaí, manifiesta muy buena respuesta productiva a la práctica de la poda, aún cuando los cafetos hallan sido recepados (poda baja) en tres ocasiones anteriores.
A pesar de la buena respuesta a la poda obtenida a finales del periodo lluvioso (mes de abril) en cuanto a un mejor desarrollo de los brotes; las podas efectuadas en el mes de febrero inmediatamente después de concluida la recolección, fueron las más productivas en el promedio de las dos primeras cosechas.
Hay que destacar que las podas que se realizan en el mes de febrero también coinciden con la época más adecuada para llevar a cabo esta práctica como parte de la estrategia de control integrado de plagas y enfermedades.
La respuesta a las podas realizadas a través del desarrollo de las diferentes fases de la luna por tres meses consecutivos, determina que no existe diferencia significativa en cuando las podas que se realizan en las fases de: Luna Nueva, Luna Llena y Cuarto Menguante. Sin embargo, se determina que la respuesta a las podas realizadas en la fase de Cuarto Creciente, es menos favorable en cuanto a desarrollo vegetativo, resultando después en los ejes de poda de menos producción.
Referencia: Ramírez J.E. 1998. Seminario resultados y avances de investigación.
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