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Jorge Ramírez Caficultura desde Costa Rica

Comunicaciones Técnicas de Café

Número 41 - Noviembre 2015


Ramirez Caficultura desde Costa Rica

Apdo 396-3000, Heredia, Costa Rica, Teléfono: (506) 8322-2794

www.ramirezcaficulturadesdecostarica.com

Renovación de cafetales para el aumento de la productividad.

Conceptos y criterios de la situación actual.

Ing. Jorge Ramírez Rojas

Asesor Experto en Café

[email protected]

Introducción


La renovación de cafetales acompañada de buena tecnología, es el proceso de cambio más significativo que incide sobre el aumento de la productividad y la rentabilidad en la actividad cafetalera. Esto por cuanto el aporte de cosecha de las nuevas plantas de café que a la vez se pueden establecer en los sistemas de siembra más adecuados para favorecer los mayores rendimientos; permite generar una transformación de la finca cafetalera. Este criterio es igualmente valedero en cuanto al impacto favorable que se logra sobre el aumento de la productividad, cuando se aplica renovación en los cafetales de una región o de un país.

Vida útil de cafetos en sistemas de altos rendimientos


En sistemas de cultivo intensivo cuando los cafetos acumulan periodos sucesivos de cosechas intercalados por varios ciclos de podas, las plantas van acumulando un desgaste importante en su condición agronómica que se ve acompañado por la presencia de muchas ramas secas, reducción de la zona de producción y deterioro del sistema radical, entre algunos otros aspectos del proceso natural de envejecimiento, claro indicativo de que los cafetos en su producción comercial van manifestando la finalización de su vida útil.


Este periodo normalmente estimado en unos 20 a 25 años en plantaciones con buen manejo y atención, puede acortarse muy significativamente en cuanto al número de años de producción rentable, si por diferentes razones los productores disminuyen la atención del cafetal, al suspender o reducir drásticamente la fertilización, debilitar el plan de control de plagas y enfermedades y permitir la proliferación sin control de las malezas de alta competencia para el cultivo como son las gramíneas.

Esta situación bastante común durante los periodos de bajos precios del café, posteriormente los productores y las empresas procuran revertirla, cuando se presentan las épocas de repunte de las cotizaciones del café y se decide retomar la inversión para brindar mayor atención a los cafetales. Sin embargo, por lo general los lotes de la finca más susceptibles a sufrir deterioro por falta de buen manejo, ya no logran responder igual para retornar a los volúmenes de las buenas cosechas, porque los cafetos fueron expuestos a un severo desgaste y por consiguiente acortamiento de su vida útil.


Renovación de cafetales por lotes


Este proceso de renovación consiste en la sustitución de los lotes de plantas viejas y agotadas, mediante la arranca de sectores completos del cafetal. Es el método más eficaz para incrementar de manera más significativa la producción en plantaciones envejecidas, en virtud de la rapidez y aporte de cosecha que se logra al restaurar totalmente la condición agronómica deseable y las mejores cosechas en los lotes renovados.

La experiencia en el manejo de la caficultura de altos rendimiento, indica que la mejor manera de lograr un aumento productivo significativo, es por medio de la implementación de un método de rotación por sectores, renovando de manera programada cada año parte del total de la plantación, para mantener siempre un buen aporte de cosecha a partir de las otras áreas de cultivo, evitando así que la producción llegue a bajar a niveles que comprometa la actividad económica, mientras se avanza en el cambio efectivo de la plantación con nuevos lotes de café.


El porcentaje de renovación anual a llevar a cabo en la finca, depende de la disponibilidad de recursos económicos con que pueda contar el productor, sin embargo, el proceso de cambio no debe prolongarse demasiado para no afectar la producción debido a la acumulación excesiva de café viejo. Se considera en general que un plan de renovación de todos los lotes de la plantación que llegan a presentar esta condición, debería completarse al cabo de unos 5 años.


Ventajas de la renovación por lotes


1. Sembrar lotes homogéneos con nuevas variedades.

2. Variar las distancias de siembra de acuerdo con sistemas de cultivo más productivos.

3. Diseñar sistemas de conservación de suelos en terrenos de ladera.

4. Renovación de los árboles de sombra o ajuste a los sistemas existentes.

5. Desarrollo rápido y vigoroso de las plantas por su mayor exposición solar.

6. Mayor aporte productivo y más sólida recuperación del capital invertido.


Renovación de cafetales por hileras


Este método de renovación se ha intentado implementar por parte de algunos productores quienes han tomado la iniciativa de llevar a cabo renovaciones integradas al manejo de sistemas de podas por hileras. Este manejo se basa en el aprovechamiento del área de las hileras a las que corresponden podas en sistemas cíclicos, para proceder con la arranca de estas hileras de café y sembrar en estas líneas las nuevas plantas, continuando durante los años siguientes con la renovación de la hilera respectiva de acuerdo al ciclo de poda establecido.

Los requerimientos de programas de atención diferenciada para estas áreas de siembra, el ambiente de umbría generado por las hileras vecinas que limita el rápido crecimiento de las plantas en las nuevas hileras, y la necesidad de aplicar esta forma de renovación únicamente en los lotes donde utilizan podas cíclicas; ha sido entre otras las razones por las cuales esta alternativa, no ha generado mayor interés entre los productores.


Podas y resiembras consideradas como renovación de cafetales


Considerando el impacto significativo que se logra en el incremento de la productividad a través de la implementación de los programas de renovación de cafetales por lotes; ha sido de general aceptación el concepto de que efectivamente el proceso consiste en arrancar áreas de lotes completos para proceder con la siembra de café nuevo.


Sin embargo, con la divulgación institucional de las áreas renovadas que se realiza en algunos países donde se han implementado programas de renovación; se ha dado a conocer que en los datos registrados para el total del área renovada, se incluyen también las áreas de café adulto que han sido sometidas a prácticas de podas.


Valorando este criterio desde una perspectiva eminentemente técnica, ciertamente la práctica de la “poda baja o recepa”, se puede considerar que constituye una renovación total del tejido productor y por consiguiente llevar a la formación de una nueva planta a partir del tronco y hacia arriba. Sin embargo, esta consideración puede ser efectivamente aceptada en el tanto los lotes que se podan se encuentren conformados por cafetos suficientemente vigorosos, en excelente estado fitosanitario, con un sistema radical sano y una condición nutricional adecuada, para responder posterior a la poda con aporte adicional de un buen número de cosechas, y por tanto con capacidad para prolongar suficientemente sus años de vida útil.

Un caso diferente es si se incluyen en los datos de los registros de los programas de renovación, las cantidades de plantas que usualmente los productores acostumbran resembrar por encontrarse estas agotadas, viejas o enfermas, las cuales son sustituidas anualmente colocando en su lugar plantas nuevas.


Esto corresponde a labores propias de mantenimiento de la plantación, donde lo que se espera como resultado de estas actividades, no es el mejoramiento significativo en la productividad, sino más bien lograr mantener el aporte promedio de cosecha que ya tiene la finca, y por tanto esto no corresponde propiamente a un proceso renovación según se ha definido.


Programas nacionales de renovación de cafetales


Si bien los precios internacionales del café históricamente han manifestado altos y bajos de acuerdo con las situaciones coyunturales de la producción mundial, del comportamiento del clima y los factores relacionados con la afectación causada por plagas y enfermedades, entre otros; ha sido durante los últimos 15 años una de las épocas donde los precios del café han manifestado con mayor persistencia tendencias a la baja, lo cual ha traído consecuencias desfavorables para los productores y para el sector cafetalero en general.


El resultado de mayor impacto perjudicial sobre el cultivo de esta situación ha sido la reducción de la productividad debido a la disminución en la atención de las plantaciones, lo que ha generado agotamiento prematuro y por consiguiente el acortamiento de la vida útil de los cafetos y el incremento en las áreas de cultivo que presentan necesidades de renovación, para que las fincas puedan recuperar los niveles de producción rentables.


Ante esta realidad en los últimos años ha sido evidente el esfuerzo realizado en muchos países productores de café, para buscar y destinar los recursos financieros necesarios para llevar a cabo programas de renovación de cafetales, en unos casos con mayoritario aporte estatal a través de los ministerios o secretarías de agricultura, en otros con ayuda más directa de las instituciones cafetaleras, y en algunos otros casos han logrado acceso a recursos provenientes de organismos internacionales y países amigos, a través de convenios de ayudas especiales que se han dado en forma de donaciones o préstamos, bajo condiciones sumamente favorables y atractivas para estimular los procesos de renovación.


Para mencionar algunos casos recientes: en Colombia han logrado renovar en los últimos años más de 500 mil hectáreas de su parque cafetero mediante un programa intensivo y solidario de apoyo a los productores, en Guatemala se ha informado que el año pasado cambiaron 12 mil hectáreas, mientras que en México se han propuesto renovar 250 mil hectáreas, parte de las cuales (unas 75 mil) se realiza con aportes de la Organización Internacional del Café (OIC), posiblemente en virtud del esfuerzo e iniciativa de algunas de las instituciones relacionadas con el sector cafetalero de ese país y de sus delegados ante la organización mundial. Por su parte Ecuador, se ha propuesto la transformación de unas 130 mil hectáreas del parque cafetalero de arábica y en Perú algunas pequeñas organizaciones cafetaleras regionales, realizan esfuerzos de mucho mérito como la Cooperativa Agrícola Cafetalera Satipo con apoyo del Minagri, donde están renovando 20 mil hectáreas en su zona de influencia.


Posibilidades para llevar a cabo programas regionales de renovación


Cuando se hace difícil desarrollar programas nacionales de renovación, o cuando algunos de estos proyectos ya en marcha, por diversas razones no llenan las expectativas de los productores, no logran alcanzar los resultados esperados ni las metas propuestas; existe la posibilidad de que por medio de iniciativas más directas de empresas cafetaleras en cada zona, se puedan impulsar y estructurar programas regionales de renovación de cafetales, con apoyo más dirigido a la facilitación de semillas y almácigos de buena calidad, de variedades altamente productivas bien adaptadas a la zona, entrega de insumos para la atención de las áreas renovadas y la prestación de servicios técnicos para brindar seguimiento constante al avance del proyecto en las fincas de los beneficiarios.


Es posible que con el empeño y compromiso de los líderes regionales y el arraigo a la zona cafetalera de los funcionarios de las empresas locales involucradas en la búsqueda de apoyo al proyecto; la propuesta de renovación pueda permitir abrir espacios de interés para lograr apoyo de organizaciones de fomento de proyectos presentados por sus empresas afiliadas, la ayuda de agencias u organismos internacionales comprometidos con el apoyo a proyectos regionales para fortalecer actividades económicas y el beneficio social de las comunidades, sin dejar de lado la búsqueda de apoyo de los entes financieros nacionales y las instituciones del estado que también deben comprometer recursos para apoyar los proyectos regionales con acciones eficientes para lograr mejores resultados con menos burocracia.


Aumentar la producción o mejorar la productividad?


El aumento de la productividad aplicada a la actividad cafetalera significa incrementar el volumen de café producido utilizando la misma unidad de área de cultivo. Esta relación es aplicable como indicador de eficiencia productiva tanto para la finca cafetalera, como para una determina zona de cultivo o para la caficultura de un país en general.


Por su parte el aumento de la producción no necesariamente es indicativo de eficiencia productiva, ya que la misma puede también lograrse sin mejorar rendimientos, lo que se alcanza cuando hay posibilidad de incorporar nuevos terrenos para ampliar las áreas de cultivo y así aumentar el volumen de café producido.


Por lo tanto la estrategia para la competitividad de la actividad cafetalera que realmente demuestra la eficiencia de los actores que conforman la cadena productiva, estará ciertamente reflejada por el aumento de la producción, pero siempre y cuando ésta sea lograda a partir de las cosechas obtenidas a través de una mayor capacidad productiva que se debe alcanzar en las mismas áreas de cultivo (productividad).


Se puede afirmar para la gran mayoría de los casos, que los problemas de la baja productividad en las fincas donde se utiliza buena tecnología, se relacionan más que todo con los requerimientos de renovación que tienen las áreas de cultivo más agotadas y envejecidas, y no con la necesidad de realizar cambios profundos en el modelo de manejo del cultivo.


En los países donde los productores disponen de una oferta tecnológica altamente eficiente gracias al aporte de los resultados generados a través de los programas de investigación, la situación del estancamiento de la producción en niveles bajos, y la caída de la productividad no es un problema técnico, sino una necesidad urgente de implementar programas vigorosos de renovación de cafetales, que logren transformar áreas realmente significativas del parque cafetalero. Ese es el objetivo no cumplido que debe ser retomado por las instituciones y los funcionarios responsables, para lograr el verdadero repunte que requiere la productividad nacional.

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