Situación actual

 En Costa Rica y otros países de la región nos encontramos en el periodo lluvioso de 2022 ante un fenómeno climático inusual caracterizado por la ocurrencia de eventos de lluvias y nubosidad constante llamadas “ondas tropicales” que para los meses de abril, mayo y junio en la mayoría de las zonas cafetaleras llegaron a duplicar el volumen de precipitación mensual respecto al promedio histórico.

 Este comportamiento de lluvias excesivas para la época causa un impacto negativo sobre la condición en sistemas cafetaleros debido a la saturación de humedad en los suelos, la disminución en la disponibilidad de radiación solar y la generación de un ambiente cargado de humedad dentro del cafetal.

Efecto negativo en plantaciones de café

 El impacto perjudicial provocado por esta condición climática se manifiesta a través de un notable incremento en la erosión de los suelos y un efecto negativo para el adecuado funcionamiento del sistema radical, limitaciones en la disponibilidad de horas de brillo solar necesario para el normal desarrollo de los procesos fisiológicos del cafeto, y la creación de un ambiente muy favorable para el ataque de enfermedades fungosas de mucha importancia económica en la atención del cultivo.

Medidas para reducir el efecto perjudicial de lluvias excesivas

 1.Utilizar los datos de la información climática disponibles como apoyo para definir un plan de seguimiento y atención del cultivo bajo condiciones marcadas por la presencia de exceso de lluvias y humedad en los cafetales.

 2. Dar mantenimiento a las obras de conservación de suelos para facilitar la evacuación de las aguas por medio de estructuras como: canales de desviación, acequias de ladera y terrazas de banco.

 3.Ajustar el manejo de los árboles de sombra al criterio de la permanencia de un sombrío regulado para impedir el exceso de sombra sobre el cultivo y el efecto perjudicial causado por el aumento de humedad en el sistema.

 4. Monitorear constantemente las condiciones fitosanitarias del cultivo, especialmente los niveles de incidencia y severidad de las enfermedades: roya, ojo de gallo, antracnosis, mal de hilachas, mal rosado y derrite (en zonas altas).

 5. Mantener el fraccionamiento de la fertilización al suelo y realizar las aplicaciones en estrecha relación con el estado fenológico del cultivo (crecimiento vegetativo, desarrollo del fruto, diferenciación de tejido).

 6. El personal especializado de instituciones cafetaleras deben abocarse al análisis del impacto de los fenómenos de exceso de lluvias sobre el comportamiento del cultivo, aportar propuestas y definir estrategias de aplicación inmediata para atenuar los efectos negativos de estos fenómenos.

 7. Los técnicos deben determinar las prioridades de atención a los problemas del cultivo que están siendo favorecidos por esta condición climática para priorizar estos temas en las actividades de capacitación y asistencia técnica a los productores.

 8. Las instituciones deben informar a los productores por los diferentes medios de divulgación disponibles sobre las prácticas de manejo del cultivo que más conviene utilizar para atenuar el impacto de los problemas que pueden provocar las condiciones de alta humedad durante el desarrollo del presente ciclo productivo.