Comunicaciones Técnicas de Café

Número 71 - Marzo 2017

Ramírez Caficultura desde Costa Rica

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Caficultura de Costa Rica estancada en un nivel de baja producción.
¿Cómo cambiar para alcanzar la productividad sostenible?

Ing. Jorge Ramírez Rojas
Consultor Experto en Café

Figura 1. Producción total (fanegas) de café fruta, Costa Rica. Cosechas 99/00 a 16/17.

*Cosecha estimada a diciembre 2016.  Fuente: ICAFE.

Causas principales de la disminución de la producción

La caficultura de Costa Rica ha venido siendo afectada por factores adversos que se han acumulado por más de 15 años, algunos corresponden a los recurrentes bajos precios del café y otros a los imponderables provocados por la variación climática y sus efectos perjudiciales sobre el cultivo, aspectos que de una u otra manera son comunes a la situación de todos los países productores de café.

Sin embargo, algunos factores negativos son más propios de la actividad cafetalera costarricense, tales como la disminución del área cafetalera debido al cambio en el uso de la tierra, altos precios de los insumos agrícolas en particular los fertilizantes, envejecimiento de más de un tercio del parque cafetalero y la falta de renovación de cafetales

 

Deterioro de la condición agronómica de los cafetales

La vida útil de los cafetos en sistemas de cultivo intensivo con buen manejo, puede estimarse en unos 20 a 25 años. Sin embargo, el buen desempeño productivo de las plantas puede acortarse en forma drástica si los productores disminuyen la atención del cafetal, suspenden o reducen la fertilización, debilitan el plan de control de plagas y enfermedades y permiten la proliferación de malezas de alta competencia para el cultivo.

Esta situación se dio en muchas zonas con la caída de los precios del café ocurrida desde principios de los años 2000, y aunque más adelante los productores y las empresas que decidieron continuar en la actividad, retomaron la inversión para brindar mayor atención a los cafetales; en los lotes de las fincas más susceptibles a sufrir deterioro por falta de atención adecuada, ya se había causado un deterioro irreversible y por tanto un agotamiento prematuro de los cafetos.

El resultado ha sido un aumento de área de café que perdió su potencial productivo de manera prematura, además de las áreas de cultivo que año con año van cumpliendo su vida útil, para sumar entonces una gran cantidad de cafetales cada vez menos productivos y una creciente necesidad de renovación evidente desde hace bastantes años, la cual aún no se realiza en la proporción requerida.

 

Renovación de cafetales, una tarea aún pendiente por realizar

La renovación de cafetales es el proceso de cambio más significativo que incide sobre el aumento de la productividad y la rentabilidad en la actividad cafetalera. El aporte de cosecha de las nuevas plantas de café establecidas en sistemas de siembra apropiados, permite regresar a los altos promedios de cosecha de los primeros años de cultivo.

En el caso de Costa Rica se ha carecido de un plan de renovación de cafetales que realmente despierte el interés de los productores y que se convierta en el impulso vigoroso que requiere la empresa cafetalera, para lograr aumentos significativos de la productividad.

Esto a pesar del programa de renovación ofrecido en el año 2010 por medio de crédito bancario, el cual no logró llenar la expectativa de los productores, teniendo al cabo de más de seis años de ejecución, muy escasos resultados en cuanto a la cantidad de área que ha sido efectivamente renovada, del total de plantaciones viejas que actualmente existen en el país.

Cabe destacar que después del descenso marcado de la producción que comenzó a darse a partir del periodo 2000/2001, en los últimos 10 años el comportamiento de la cosecha se ha estancado en una franja de baja producción, caracterizada por periodos alternos de pequeñas fluctuaciones de aumentos y disminuciones, con un promedio anual de 2,1 millones de fanegas y con tendencia a la baja.

 

Sector urgido de iniciativas y acciones para mejorar la caficultura

En virtud de las facilidades actuales que permiten las comunicaciones, son bien conocidos los avances y resultados exitosos de los programas de renovación y de apoyo para el mejoramiento de la producción que se han venido logrando en varios países productores de café. Por ejemplo, en algunos de los países vecinos en nuestra región de Centroamérica, la producción ha manifestado en los últimos años un aumento muy notable, mientras que un poco más allá en Colombia, la aplicación de un programa vigoroso y solidario de apoyo a los productores, ha logrado renovar más de 500.000 hectáreas de su parque cafetero, lo cual les ha permitido duplicar la producción en seis años.

La implementación de los programas de mejoramiento de la caficultura de estos países, se ha alcanzado en gran medida gracias a las acciones llevadas a cabo por las organizaciones y representantes de los cafetaleros, quienes con empeño y habilidad de gestión han logrado abrir las puertas del financiamiento de organismos y agencias internacionales, de importantes empresas privadas nacionales y extranjeras, además de la incorporación de las empresas cooperativas a los esfuerzos nacionales, los aportes solidarios de los gobiernos y por supuesto de las instituciones cafetaleras que operan precisamente con los recursos que genera la misma producción de café.

Desafortunadamente en Costa Rica hace más de 30 años que no se ofrece a los productores de café, un plan de renovación que los motive para realizar el cambio requerido en las áreas de cafetales viejos que año con año acumulan más tejido improductivo, lo que parece evidenciar la necesidad de poner mucho más esfuerzo para lograr revertir esta tendencia que mantiene a la caficultura del país, sumida en una franja de baja producción.

Asimismo, es muy claro que la baja producción de café en Costa Rica, no se debe a problemas del cultivo pues aquí se dispone de toda la tecnología necesaria para el manejo de la caficultura de altos rendimientos, como así lo demuestran las fincas de los productores de café que aplican las recomendaciones técnicas.

La búsqueda de la solución a este problema es entonces tarea que deben asumir principalmente los representantes del sector y los funcionarios subordinados que forman parte de la organización cafetalera, de quienes los productores esperan el máximo empeño y eficiencia de gestión para lograrlo, ya que aquí actuar no es una opción sino una necesidad. La consigna debe ser primero renovación de cafetales y después, todo lo demás.

Sin embargo, es notorio que han faltado iniciativas y acciones más concretas para abordar apropiadamente el tema de la necesidad de mejoramiento de las plantaciones viejas y agotadas, y de ahí posiblemente la carencia actualmente de un programa de renovación que sea de verdadera trascendencia para los productores y para la caficultura del país.

Quizás la permanencia en algunos casos durante numerosos periodos sucesivos o alternos de los mismos representantes y de los mismos funcionarios administrativos en la entidad cafetalera, haya provocado un marcado desgaste en la eficiencia de gestión de quienes han permanecido en estos cargos por tan largo tiempo, situación que podría sugerir para reiniciar la trascendental tarea de la renovación, que el sector cafetalero pueda comenzar por llevar a cabo los cambios y relevos que sean necesarios dentro de su propia organización.

 

¿CÓMO LLEGAR A LA PRODUCTIVIDAD SOSTENIBLE?

 

Algunos factores a considerar para fijar la meta productiva

A pesar de las dificultades señaladas, el sector cafetalero nacional mantiene importantes fortalezas que estarían permitiendo generar el impulso requerido para que apoyados por un vigoroso programa de la renovación de cafetales, se pueda finalmente dar el impulso necesario para incrementar la productividad del cultivo de manera sostenible.

Son pilares que sustentan la caficultura de Costa Rica, la fuerza de una gran tradición por el cultivo del café que involucra la participación de muchas familias de productores en distintas regiones del país, la cual se fundamenta en la estabilidad económica y social que históricamente ha llevado el café a todos estos lugares. Asimismo, el sector cafetalero dispone de una sólida estructura de organización institucional que regula de manera efectiva todas las etapas de la actividad cafetalera.

La disponibilidad en el país de tecnologías modernas para el cultivo de café, ha permito al caficultor costarricense salir adelante con el manejo de los sistemas productivos de alto rendimiento. Esta gran ventaja para la producción eficiente, se ha visto complementada con la excelente infraestructura cafetalera que el sector industrial ha logrado construir y modernizar a través de los años.

Sin embargo, no se tiene mayor posibilidad de extender las áreas de cultivo de café, por el contrario el valor creciente de las tierras donde se localiza la caficultura amenaza con reducir aún más las áreas actuales de cultivo, asimismo el alto costo y cada vez menor disponibilidad de mano de obra para atender el cultivo y para las actividades de recolección de café; sugiere ser prudentes a la hora de establecer la meta productiva que se quiera alcanzar con la implementación de un programa de mejoramiento de los cafetales, el cual debe estar acorde con esta realidad actual.

 

Una propuesta para alcanzar la productividad sostenible

El objetivo debe ser claro; lograr un aumento de la producción de manera sostenida, de tal forma que considerando la bienalidad productiva del cultivo que significa asumir años alternos de altas y bajas cosechas, ésta se pueda mantener en un promedio que la coloque dentro de una franja productiva superior a donde actualmente se encuentra estancada.

Para alcanzar este objetivo se debe lograr un aumento sostenido de 400.000 fanegas respecto al promedio de 2,1 millones de fanegas de los últimos 10 años, lo que significa un aumento aproximado al 19% de la producción nacional; para pasar a cosechar 2,5 millones de fanegas.

Después de alcanzada esta meta, la producción anual debe oscilar dentro de la franja de unas 200.000 fanegas. Esto significa que la producción estaría variando en un rango que iría de 2,6 millones de fanegas para el nivel superior en el año de cosecha alta y de 2,4 millones de fanegas para el nivel inferior en el año de cosecha baja.

Se estima que para pasar de la franja de baja producción actual donde nos encontramos hacia un nivel superior estable, se requiere la renovación de al menos 10.000 hectáreas de cafetales viejos y poco productivos durante un plazo de 5 años a partir del 2018, lo que significa llevar a cabo una renovación de 2000 hectáreas por año, para lo cual se requiere disponer de 10 millones de plantas de almácigo de primera calidad por año, asumiendo una densidad de siembra de 5000 plantas por hectárea, proceso que debe ir acompañado de una atención adecuada de las plantaciones.

Es muy importante tener en cuenta la necesidad de llevar a cabo una renovación total por lotes en todas las áreas objeto de renovación, donde resiembras, podas de cafetos, y cambio de plantas enfermas que normalmente realizan los productores por su propia cuenta; no deben ser incluidas como parte o resultado del programa de renovación, sino que será complemento del proceso de mejoramiento de las plantaciones.

El área cafetalera de Costa Rica según el censo del INEC del 2014 es de 84.133 hectáreas. De esta forma el cumplimiento de la meta de renovación para alcanzar una producción promedio de 2,5 millones de fanegas, permitiría además que el país pueda ocupar de nuevo el primer lugar de la productividad con cerca de 30 fanegas por hectárea.

Igualmente es importante identificar los temas y actividades que deberían ser considerados para garantizar la continuidad y sostenibilidad del proceso, para ello se propone implementar las siguientes recomendaciones:

  • Promover la forma de manejo sostenible del cultivo sin detrimento de la productividad.
  • Estabilizar el área de cultivo de café del país en alrededor de 85.000 hectáreas.
  • Uso de variedades de alta productividad, resistentes a plagas, enfermedades y adaptabilidad al cambio climático.
  • Complementar el proceso de renovación total por lotes, con resiembras y sustitución de plantas viejas y enfermas en las áreas no renovadas.
  • Diseñar programas de capacitación y divulgación técnica novedosos que llamen más la atención y la asistencia de los productores a las actividades que se realizan.
  • Gestionar la reducción de aranceles de importación para bajar el precio de los insumos más utilizados en café, en particular los fertilizantes.
  • Establecer una estrategia de concientización, motivación y estímulo para los productores y sus familias, a fin de que puedan permanecer en la actividad cafetalera.